lunes, 28 de noviembre de 2016

El Decamerón: aspectos formales y estilísiticos



ASPECTOS FORMALES Y ESTILÍSTICOS

La compleja técnica narrativa del Decamerón se caracteriza por la interacción de tres planos narrativos diferentes:
• El del autor, especialmente en el Proemio y también las distintas introducciones y conclusiones: en este plano, Boccaccio habla de sí mismo, dirigiéndose a las lectoras
• El de los jóvenes: su encuentro, sus decisiones, sus aventuras… Se trata de un marco bien definido: personajes, escenario, tiempo histórico.
• El de los propios cuentos, cada uno de ellos con sus características propias.

Los dos primeros planos son narrados por el narrador principal, pero desde funciones diferentes.
• En el primer plano, el narrador en primera persona se identifica plenamente con el autor, y no tiene función narrativa, sino expositiva o argumentativa: Boccaccio no “narra”, sino que reflexiona y expresa su ideología, su visión del mundo y del valor de la propia literatura.
• En el segundo sí actúa como narrador: se trata de una voz en tercera persona omnisciente.

En el tercer plano, los cuentos, identificamos a cada narrador por la introducción, es decir, sabemos cuál de los personajes está contando el cuento. Sin embargo, en sentido estricto, este narrador no interviene como tal sino que adopta el papel de tercera persona omnisciente. En este tercer plano los jóvenes que escuchan los relatos cumplen la función de narratarios.

En cuanto a la técnica narrativa, los cuentos siguen el modelo tradicional: linealidad, omnisciencia y desarrollo clásico en planteamiento. Nudo y desenlace. La propia historia de los jóvenes sigue también este mismo modelo. La aportación de Boccaccio – que no innovación: este sistema ya se emplea en Las mil y una noches-, es utilizar una de las narraciones como marco narrativo de la segunda, con el fin de dar cohesión al conjunto.

En lo que se refiere al tratamiento del tiempo y los marcos escénicos, contrasta la definición, unidad y concentración de la historia de los jóvenes con la variedad de espacios, escenarios y tratamientos de los cuentos. Lo mismo ocurre con los personajes. El realismo del Decamerón alcanza a los personajes y los ambientes, además de, como ya se ha visto, al lenguaje popular. Por las páginas del libro pululan frailes, mendigos, jóvenes y viejos, mujeres de dudosa moral y toda suerte de individuos característicos de la sociedad del momento.

La principal característica estilística del Decamerón es el contraste:
• Por una parte, se observa un estilo más retórico, con periodos elegantes, oraciones amplias y a veces complicadas, lenguaje propio de la prosa cortés con resonancias latinas. Este estilo es propio del marco narrativo –la historia de los jóvenes- o el Proemio.
• Por otra, aparece un lenguaje más crudo y realista, en la descripción de la peste o en los cuentos.

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