lunes, 19 de diciembre de 2016

Tópicos literarios: Locus amoenus

Locus Amoenus es un tópico literario clásico que significa “lugar ameno”. Muchos autores lo definen como un “lugar propicio para el amor”, para el disfrute,  el gozo o la evasión.
Físicamente el Locus Amoenus es un bello y umbrío paraje compuesto por unos elementos esenciales: un prado con árboles y flores, con una corriente de agua o una fuente, normalmente bañado por una refrescante brisa estival, donde armonioso suena el sonido de los pájaros, siempre alejado de ciudades o lugares habitados.
En esta adaptación del texto de Gonzalo de Berceo, Milagros de nuestra Señora, podéis leer una sugerente descripción del Locus amoenus:

Un prado verde de flores bien poblado. Daban olor las flores bien olientes, refrescaban en la persona la cara y la mente, manaban en cada rincón las fuentes claras corrientes, en verano bien frías, en invierno calientes. Había ahí gran abundancia de buenas arboledas. La verdura del prado, el olor de las flores, las sombras de los árboles de templados sabores refrescáronme todo e perdí los sudores: podría vivir cualquier persona con aquellos olores. Yaciendo a la sombra perdí todos cuidados, oí sonidos de aves dulces y modulados: nunca se oyeron órganos más templados, ni que formar pudiesen sones más acordados. El prado que vos digo tenía otra bondad, por calor ni por frío no perdía su belleza, siempre estaba verde en su integridad.



El Renacimiento nos traerá la naturaleza en perpetua primavera como escenario ideal para los diálogos y quejas amorosas de los pastores idealizados de Garcilaso de la Vega. Después pasaremos por la naturaleza domesticada en el jardín Rococó versallesco, hasta llegar al paisaje natural como reflejo del estado de ánimo plenamente subjetivo y tenebroso, lleno de ruinas, cementerios, tempestades, (locus horrendus), del Romanticismo. Hasta la contemporaneidad y los escenarios urbanos de ciudades que ahogan a sus habitantes entre largas avenidas, semáforos, enmarañadas líneas de metro, etc.
El fondo paisajístico donde se desarrolla la tragicomedia humana ha ido cambiando y adaptándose a los gustos y modos de vida de cada época y a las necesidades expresivas de los autores. En definitiva, cada uno de nosotros tenemos, por razones sentimentales o no, nuestro particular locus amoenus. ¿Cuál es el tuyo?

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