Milagros de Nuestra Señora (1246 – 1252) es la obra más conocida de Berceo y en la que muestra más cumplida perfección artística. Se trata de una colección de veinticinco milagros marianos precedidos de una introducción alegórica original de Berceo.
Los milagros que se narran – procedentes de fuentes latinas medievales – constituyen ejemplos del poder de la Virgen para interceder ante Dios por sus devotos, así como de su misericordia con quien acude a Ella en petición de auxilio.
A pesar de ser narraciones independientes, hay una serie de elementos que dan unidad a la obra:
- La presencia del autor, que aparece en los milagros hablando directamente con su público, apelando a quienes le escuchan, para captar su atención y hacerles participar en la narración.
- La estructura de la obra. Casi todos los milagros siguen la misma estructura:
o Al iniciarse la historia, narrada en orden cronológico, la voz del narrador indica dónde conoció el milagro (alude a sus fuentes literarias), cuándo ocurrieron los hechos y quién los protagonizó.
o A continuación se refiere al protagonista, que suele ser un hombre, y nos describe sus virtudes (entre ellas, la devoción a la Virgen) y sus defectos (ignorante, ladrón, soberbio, fornicario…).
o Sigue el desarrollo de la acción propiamente dicha, que en casi todos los casos presenta el mismo esquema:
El demonio tienta al protagonista.
Éste cae en la tentación.
Surge un grave problema; el protagonista muere y está a punto de condenarse.
La Virgen salva a su devoto.
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